Christopher tiene quince años, y una mente diferente a la de los otros
chicos de su edad. Sabe de memoria los números primos hasta el 7507,
conoce todos los países del mundo y sus capitales, sabe por qué la vía
láctea se ve como una línea, o por qué de noche estamos a oscuras a
pesar de haber tantas estrellas en el cielo, pero tiene dificultad con
otras cosas. Por ejemplo, no le gusta hablar con desconocidos, ni que
otras personas le toquen. Le incomoda que le miren fijamente, o que los
estados de ánimo de otras personas sean tan complejos. Un perro, por
ejemplo, solo puede estar alegre, triste, enfadado o concentrado.
Además, los perros son fieles y no dicen mentiras porque no hablan, así
que a Christopher le gustan. Por eso, cuando encuentra al perro de su
vecina asesinado en el jardín de su casa, decide investigarlo como hacen
los personajes de sus novelas favoritas; las policíacas.
A medida que avanza el libro, el protagonista nos va acercando a su
entorno; habla de sí mismo, de su familia, sus vecinos, sus
profesores... relegando la investigación del asesinato a un segundo
plano cuando otros acontecimientos adquieren mayor importancia en su
vida. A través de un lenguaje sencillo y fluido, el autor nos acerca al
protagonista, un chico con síndrome de Asperger, y nos ayuda a
comprenderlo. Christopher es, sin duda, diferente; pero esa diferencia
no debe ser una realidad ajena ante la que podamos cerrar los ojos.
El autor, Mark Haddon, nació en Northampton, Inglaterra, en 1963. Tras
licenciarse en literatura inglesa en la universidad de Oxford, trabajó
con personas que padecían deficiencias físicas o mentales. El libro se
ha convertido en un inesperado éxito en todos los países en los que se
ha publicado. Ha superado el millón y medio de ejemplares vendidos y ha
sido traducido a 35 idiomas.
http://www.eltemplodelasmilpuertas.com/critica/curioso-incidente-perro-medianoche/72/
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